11 de Septiembre (L.M.C.).- Domingo Faustino Sarmiento moría hace 112 años, en Paraguay, luego de haber trabajado incansablemente para el progreso de la Argentina. Fue docente, escritor, periodista, militar, político, gobernador de San Juan y presidente de la República entre 1868 y 1874. Amado y odiado, su figura sigue despertando elogios y las más furiosas criticas, por su racismo a los gauchos y aborígenes. Pero, a pesar de sus defectos, la Comisión Interamericana de educación estableció en 1947 que el día de su muerte fuera designado como el Día Panamericano del maestro. Eso se celebra hoy y La Mesa Celeste lo recuerda con respeto.
CIVILIZADO Y POLÉMICO. Sarmiento tenía un pensamiento muy adelantado para su época, pero a la vez un tanto salvaje. Eso no lo privó de ser el maestro más conocido del mundo.
Por Nicolás Souto.
El 15 de febrero de 1811 no fue un día más para la ciudad de San Juan. Más precisamente en el carenciado barrio Carrascal, uno de los mayores educadores de este país veía la luz tras el parto de su madre: Ana Paula Albarracín. Su padre, José Clemente Quiroga Sarmiento, y su tío, José Eufrasio Quiroga Sarmiento, fueron sus primeros maestros y le enseñaron a leer a los cuatro años. Según parece, su verdadero nombre era Faustino Valentín Sarmiento y Domingo le fue agregado después.
En fin, a los cinco años ya escribía y leía con corrección y a los 15 ya impartía clases entre alumnos de su edad y, también, más grandes. Entre 1815 y 1821, Sarmiento cursó estudios en la Escuela de la Patria de Carrascal y luego viajó a la ciudad de Córdoba con su padre, para cursar el seminario. Sin embargo, no le fue concedida una beca y, en 1823, tampoco pudo ingresar al Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires. En consecuencia, comienza a trabajar en la Oficina de Topografía de San Juan... Siempre en 1823, su tío José de Oro es desterrado a San Francisco del Monte (actualmente San Francisco del Monte de Oro) y Domingo decide acompañarlo.
Cuatro años más tarde entra al ejército federal, como alférez de milicia, pero como había tareas que lo incomodaban presentó el correspondiente reclamo. De esta manera, el gobernador Manuel Quiroga lo citó y después lo envió a prisión, porque Sarmiento pidió ser tratado con equidad. Esto determinó su ruptura con el partido federal y así se incorporó al ejército unitario de José María Paz.
En 1831, los federales obtienen la victoria en San Juan y Sarmiento emigró por primera vez a Chile. Tras realizar otras tareas para poder vivir, en ese momento comienza a trabajar como profesor en una escuela de la provincia de Los Andes. Asimismo, con una de sus alumnas, María Jesús del Canto, tuvo a la que sería su única hija: Ana Faustina Sarmiento. Sin embargo, Domingo no se casó nunca con María. En 1836 sufre de fiebre tifoidea, pues estaba desenvolviéndose como minero, y el nuevo gobernador de San Juan, Nazario Benavídez, lo deja volver a la Argentina por un pedido de su familia.
Su regresó genera que forme parte de la Sociedad Dramática Filarmónica y luego funda la Sociedad Literaria, ya en 1838. A su vez participa de actividades artísticas, tiene contacto con la Generación de 1837 y retoma la actividad política. Para ese entonces, su oposición al dictador Juan Manuel de Rosas (Declarado Gobernador de Buenos Aires y "Restaurador de las leyes" por la Legislatura de dicha provincia) era evidente y con el paso del tiempo se convertiría en una de las razones de su vida.
Tras crear el diario El Zonda, desde donde criticó con dureza a Rosas, el 18 de noviembre de 1840 fue encarcelado y debió exiliarse otra vez en Chile. En un momento del viaje, escribió sobre una roca la siguiente frase: "Bárbaros, las ideas no se matan", en el idioma francés. En el país trasandino trabaja como periodista en los periódicos El Nacional, El Heraldo Nacional y El Mercurio. Además, funda El Progreso y Manuel Montt Torres lo designa para dirigir la Escuela Normal de preceptores, que resultó la primera institución que preparó maestros en toda Latinoamericana.
Mientras tanto, la Universidad de Chile también reconoce su labor como pedagogo y lo nombra miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades. En 1845, el ya presidente Montt Torres le encarga una difícil misión: estudiar los sistemas educativos de varios países de Europa y Estados Unidos, para poder implementarlos en Chile. Sarmiento aprovechó estos viajes por todo el mundo, ya que también estuvo en África, y en su estadía por Francia se encontró con José de San Martín.
En 1848 regresó a Chile y se casó con Benita Martínez Pastoriza, la viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo. También adopta al hijo que habían tenido estos últimos, Domingo Fidel, alias "Dominguito" y se instala en el barrio Yungay de la ciudad de Santiago. Durante alrededor de un año se dispone a escribir con pasión y así surgen los libros "Viaje por Europa, África y América", en donde expone los conocimientos adquiridos y "Educación popular", en la que concibe el proyecto de una educación pública, gratuita y laica. Antes de eso, en 1845, había aparecido el "Facundo o Civilización y barbarie", en la que hace un recuerdo de la vida del caudillo Facundo Quiroga. Pero, en realidad, el libro fue una crítica tenaz contra Rosas y la vida de los gauchos. Sarmiento odiaba a dichas personas y decía que lo único que tenían de "humano" era "su sangre".
También mostraba su racismo ante los aborígenes, como se puede leer en estas palabras: "¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar.
Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado". Es increíble como un hombre que tenía un pensamiento tan avanzado para su época también fuera agresivo y despiadado.
En 1849 se separa de su esposa y vuelve con Dominguito a la Argentina, quien moriría en 1866 en la batalla de Curupayty, en la Guerra del Paraguay. Esta muerte afectó mucho a Sarmiento, quien ya no sería el mismo.
En 1851 (Nota del R: El año en que escribe "Recuerdos de Provincia") se convierte en gacetillero del ejército de Justo José de Urquiza, quien vence a Rosas el 03 de febrero de 1952, en Caseros. Tras el exilio de Rosas en Inglaterra, Sarmiento entra en conflicto con Urquiza y se exilia en Chile por tercera vez. Pero, al mismo tiempo discute la política del país con Juan Bautista Alberdi, otro unitario con el que tuvo grandes discrepancias en su vida.
En 1855 retorna a la Argentina y es elegido concejal en Buenos Aires un año más tarde. Luego pasa a ser senador desde 1857 a 1861 y también el jefe del Departamento de Escuelas... Pasada la batalla de Pavón, en la que Urquiza le cede la victoria a Bartolome Mitre, Sarmiento acompaña al general Wenceslao Paunero en la campaña a Cuyo. Corría ya el año 1862 y el "podre del aula" es designado gobernador de San Juan, provincia a la que transforma en solo dos años de gobierno. Resulta que como Sarmiento mandó a matar a Ángel el "Chacho" Peñaloza, uno de los últimos caudillos de la zona cuyana, el gobierno de Mitre lo envía en misión diplomática durante tres años a Estados Unidos. Este es uno de los capítulos más tristes en la vida de Sarmiento, porque la represión contra el "Chacho" fue fulminante. Con solo decir que la cabeza del caudillo fue colgada en un poste de la plaza de Olta ya está todo dicho. Así como el "Facundo" había sido un órgano de protesta contra Rosas, José Hernández escribe la "Vida del Chacho" y luego el "Martín Fierro", en los que critica a Sarmiento sin nombrarlo.
En agosto de 1868 se efectúan las elecciones nacionales y Sarmiento es elegido candidato por un grupo de políticos del país, mientras se encontraba en el país del norte. El 12 de octubre de ese año asume la presidencia y se encarga de promover la educación (Para eso trae a decenas de maestras de EE.UU.) y el desarrollo de las comunicaciones en la Argentina. Además, promueve la inmigración (Nota del R: años más tarde diría que los que llegaron fueron europeos "mal vestidos y peor educados"; él quería que vinieran personas rubias de ojos celestes y éstos últimos fueron los menos), aporta su esfuerzo para el desarrolló de las comunicaciones y reforma el puerto de Buenos Aires. También manda realizar el primer censo de población, en 1869.
Volviendo a la educación, Sarmiento inició la formación profesional de los maestros, creó escuelas normales anexas a los colegios nacionales de Corrientes y de Concepción del Uruguay en 1869 y de la Escuela Normal de Paraná en 1870. Del mismo modo, en 1869 fundó el Colegio Militar, en 1872 la Escuela Naval y creó escuelas de arboricultura y agronomía en San Juan, Mendoza, Tucumán y Salta. También mandó edificar escuelas primarias en otras provincias e importó de Europa gabinetes de ciencias y colecciones de historia natural.
Asimismo, durante su mandato fundó la Academia de Ciencias, en Córdoba; la Universidad Nacional de San Juan; la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad de Córdoba; la Biblioteca Nacional de Maestros; el Observatorio Astronómico de Córdoba, entre otros. Y, por su iniciativa se crearon las cátedras de mineralogía en los Colegios nacionales de Catamarca y de San Juan, que se convertirían en 1876 en la Escuela de Ingenieros de San Juan.
El 22 de agosto de 1873, mientras Sarmiento viajaba a la casa de Dalmacio Vélez Sársfield, unos hombres contratado por López Jordan intentaron atentar contra su vida. Resulta que cuando la carroza que lo transportaba pasaba por la actual esquina de Corrientes y Maipú, se produjo una explosión que sacudió la misma. Domingo no lo escuchó porque para ese entonces ya tenía una severa sordera y recién se enteraría más tarde. Los autores fueron dos anarquistas italianos, los hermanos Francisco y Pedro Guerri, y el atentado falló porque a Francisco se le reventó el trabuco en la mano.
En 1874 le cede la presidencia a Nicolás Avellaneda y 12 meses después se convierte en senador por su provincia. En 1879 abandona este cargo para ser el Ministro del Interior, por unos meses, y enseguida ocupa el puesto de Superintendente de Escuelas durante el gobierno de Julio Argentino Roca. Tampoco dura mucho, porque renuncia por sus diferencias con Avellaneda y Roca.
Ya en 1885, funda en Buenos Aires el diario "El censor" y dos años después viaja a Paraguay junto a su hija, porque los médicos le habían recomendado el clima más cálido que hay en dicho país. No obstante, su salud está muy deteriorada y fallece en la ciudad de Asunción, el 11 de septiembre de 1888. El 21 de septiembre, sus restos regresan a Buenos Aires y son sepultados en el Cementerio de la Recoleta.
A su muerte, Domingo tenía 77 años y había dedicado su vida a la educación y a tratar de lograr lo que él consideraba correcto. Por supuesto, la mayor parte de sus pensamientos eran erróneos (Creía que la Patagonia le correspondía a Chile), pero la verdad es que pocos presidentes hicieron tanto como hizo Sarmiento por la Argentina... Tampoco se puede omitir que defendió la educación de la mujer a la par del hombre y también señaló esta frase interesante: "la mujer, por su instinto maternal, es el ser idóneo para encargarse de la educación infantil".
Entonces, a pesar de sus crímenes injustificables, desde L.M.C. esperamos que Sarmiento sea reconocido por todas las cosas buenas que hizo. No por nada, la Comisión Interamericana de educación estableció en 1947 que el día de su muerte fuera designado como el Día Panamericano del maestro... Gloria al maestro entonces, pero sin olvidar lo ocurrido en el siglo XIX.
"Nosotros no venimos a competir con nadie, somos periodistas que queremos lo mejor para Justo José de Urquiza.”
Copyright © 2009 – LMC – Texto adaptado: Nicolás Souto – Fuente y foto: www.wikipedia.org.ar - Caseros, 11 de Septiembre del 2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario