31 de Marzo (LMC).- El destacado hincha Celeste dio su opinión con respecto a la salida de Oscar Cuenca y Mario Urquiza del plantel. Además, propuso soluciones para que no se vuelvan a ir más jugadores del club de Caseros y para que los que lleguen siempre dejen todo en la cancha.
CUENCA Y URQUIZA SE FUERON, PERO JOTA JOTA SIGUE VIVO
Era una noche cálida la del último lunes 29. Típica noche de marzo, entre el verano que aún no quiere irse y las hojas que comienzan a caer de los arboles. Nada hacía prever que una noticia impactante como sorpresiva iba a tener su luz (cuando no) en este medio.
Particularmente, esa noche había terminado de comer con mí señora y, tras hablar por teléfono con mis hijos y nietos, me puse a revisar los correos electrónicos en el ordenador. Al terminar, escribí el nombre de este blog, para saber si los jóvenes periodistas de La Mesa Celeste habían escrito algo nuevo. Efectivamente, tras leer la nota en cuestión, me entere que Mario Urquiza dejaba formar parte del plantel de mí querido Jota, por indisciplina. La decisión la había tomado la Comisión Directiva de la institución de Caseros, por unanimidad.
Asimismo, al día siguiente descubrí que Oscar Cuenca seguía el camino del "Bichi", también por indisciplina. Por ende, empecé a preguntarme como podía ser que dos jugadores experimentados, con cientos de partidos sobre sus hombros, se iban sin pena ni gloria de Urquiza. La verdad, a mis 73 años, ya nada me impresiona. Basta prender el televisor y ver los noticieros, o encender la radio y escuchar los informativos, para que las ganas que tengo al despuntar el alba se derrumben como un castillo de naipes. Sin embargo, lo ocurrido con Cuenca y Urquiza me tomó desprevenido y no pensé que a esta altura del campeonato podía ocurrir algo así. Jamas creí que la CD tuviera que dejar ir a dos baluartes y/ o referentes, por mal comportamiento.
Según versiones que me llegaron, todo comenzó porque el "Negro" y el "Bichi" se negaron a sentarse en el banco de suplentes, ante Leandro Nicéforo Alem. Esta parece que fue la gota que colmó el vaso, porque antes de eso habrían cometido varios errores más. No obstante, esta columna no es de espectáculos, sino de deportes, por lo que tratare de hallar una solución a la difícil situación que debió vivir el Celeste. Del mismo modo, mí objetivo no es castigar a Cuenca y Urquiza, sino tratar de comprender el porque de sus reacciones y sus posteriores partidas.
Si bien, que los futbolistas quieran jugar siempre es muy positivo para cualquier grupo, es inadmisible que por no ser titulares se nieguen a estar en el banco. El "Negro" y el "Bichi" tienen suficientes años como para saber que cuando no logran los rendimientos esperados en la cancha, el entrenador de turno (Mariano De La Fuente), tiene todo el derecho de buscar variantes. Hoy en día, esas variantes se llaman Darío Carpintero, Rodolfo Sandoval y Pablo Guzmán, en la defensa, y Diego Grecco y Carlos Bataras en el centro del campo de juego. Los cinco jugadores citados han trabajado duro para jugar desde el primer minuto, así como Cuenca y Urquiza lo hicieron en su momento. En consecuencia, estos últimos debieron respetar a sus compañeros, luchándola sin cesar en los entrenamientos, como muchos otros muchachos que hoy no son titulares. No puede ser que a la primera dificultad hayan decidido lo más fácil: no integrar el banco de suplentes y, por arrastre, no jugar. Un jugador que renuncia a jugar no merece ser llamado jugador.
Por otro lado, De La Fuente tiene todo el derecho del mundo a elegir su equipo. Es una lástima que Cuenca y Urquiza no lo hayan aceptado así, porque eso generó que los dirigentes tomaran la decisión de separarlos del plantel.
Ahora, habrá que ver lo que será de sus carreras, porque hasta el fin de la temporada no podrán sumarse a ningún conjunto. Seguramente, los dirigentes les darán el pase libre a los dos. En el caso de Urquiza, quien vino a préstamo desde Colegiales, tendrá que retornar a la entidad de Munro. En el caso de Cuenca, su futuro es una incógnita.
Con respecto al "Negro", otra versión dice que estaría muy arrepentido por lo que hizo y que quiere pedir las respectivas disculpas. Aunque, la CD fue tajante en su decisión y es imposible que de marcha atrás. Los futbolistas no volverán a jugar en el Celeste...
En fin, lo que ocurrió hace dos días en el Jota casi que no ha tenido antecedentes en el pasado. Urquiza es un club ordenado y debe seguir siéndolo. Desde mí humilde lugar, espero que no se vuelvan a repetir los lamentables sucesos de esta semana.
Por esa razón, decidí enumerar algunos puntos, para que se tomen en cuenta a la hora de definir contratos con los próximos jugadores que lleguen al Celeste:
Para empezar, los acuerdos, sean de palabra o con firmas de por medio, deben durar como mínimo un año (nunca seis meses). Esto permitirá que el cuerpo técnico tenga la seguridad de contar con el mismo plantel durante una temporada completa.
Segundo, el/ los jugador/es que se niegue/n a jugar o integrar el banco de suplentes, no gozaran de su sueldo.
Tercero, abonar sueldos acordes a la situación del club y no pagar de más, para no involucrar los intereses de la institución.
Cuarto, tratar de que los sueldos sean los más parejos posibles entre todos.
Quinto, establecer como prioridad que el equipo de Primera División sea integrado,en su mayoría, por jugadores surgidos de la cantera de Urquiza. Si eso no fuera posible, que la cifra de futbolistas provenientes de las inferiores no bajen de tres (Nota del R: en la actualidad, Matías Barcos y Claudio Galeano son titulares, mientras que Sebastián Antúnez y Ezequiel Toselli alternan en el banco. El que espera su turno, a pesar de ser muy joven, es Franco Zalazar, el chico de 14 años que salió sub-campeón con la 9º División del Jota, en el 2009).
Sexto, establecer un sistema de premios para que los jugadores potencien su rendimiento. Claro esta, los mismos no deben ser desorbitantes ni provocar peleas ni resquemores en el plantel.
Séptimo, y último, pedirle a los jugadores que dejen todo en la cancha, en cada uno de los partidos que deban jugar, y que jamás se corrompan o intenten boicotear el proyecto que integren.
Mediante estos puntos, que los jugadores deberán aceptar sin condicionamientos, Urquiza estará integrado por personas de bien, que buscarán superarse y crecer permanentemente.
Espero que mí presente columna haya sido de utilidad y, si bien los critique en demasía, ojalá que Cuenca y Urquiza puedan tener otra oportunidad en otro lugar. Al fin al cabo, son personas de carne y hueso, y pueden confundirse como usted y yo, caro lector. Pero, si tengo que elegir entre mí querido Jota y ellos, me quedo 100 veces con mí querido Jota. No por nada, Cuenca y Urquiza se fueron, pero Jota Jota sigue vivo. ¡¡¡Hasta la próxima noche Celeste!!!
“Nosotros no venimos a competir con nadie, somos periodistas que queremos lo mejor para Justo José de Urquiza.”
Copyright © 2009 – LMC – Texto: Narciso Jotas – Corrección: LMC – Caseros, 31 de Marzo