jueves, 1 de septiembre de 2011

EL FINAL QUE NADIE QUERÍA

01 de Septiembre (L.M.C.).- Luego de diez días de incertidumbre, Candela Rodríguez fue encontrada muerta dentro de una bolsa, en un descampado que está ubicado a 500 metros de la intersección de la Avenida Vergara y la Autopista del Oeste, en Hurlingham. La niña de 11 años fue asesinada y todo apunta a que la causa sería un ajuste de cuentas contra su padre, Alfredo Rodríguez, quien está preso en el penal de Magdalena por una causa relacionada con la piratería del asfalto. Aparentemente, se habría quedado con un dinero proveniente de una actividad ilícita y la que sufrió las consecuencias fue su hija.


INOCENTE. Una menor de edad pagó las consecuencias de los actos de los mayores. Es necesario que haya justicia, aunque nada reparará está muerte.


Por su parte, Carola Labrador, la madre de la menor, ocultó información con respecto a un llamado que recibió hace tres días. El mismo habría sido realizado por los asesinos, quienes fueron tajantes con su reclamo: "Hasta que no devuelvan la guita no la van a encontrar (Por Candela)". Esto trae un poco de luz al caso, pues lo que habría sucedido es un secuestro extorsivo y no un supuesto caso de trata de personas, como había deslizado Labrador.

En resumidas cuentas, la familia quedó en el ojo de la tormenta (Otros integrantes de la misma también estarían involucrados con respecto a las causas que provocaron la desaparición) y habría sido tan responsable como los homicidas. Es necesario que todos los culpables sean atrapados, para que reciban las condenas correspondientes.

Por otro lado, hace un par de horas hubo una marcha a la comisaría de Hurlingham, desde la casa donde vivía Candela. Y, aunque la consigna era pedir justicia por la nena, parte de la gente provocó incidentes, principalmente cuando escupió y golpeó al comisario general Hugo Matzkin. A su vez, también se pudo observar como los vidrios del establecimiento eran destrozados. 

La Argentina se ha convertido en un país por demás inseguro y la situación parece empeorar a través de los años. Pero, eso no es todo... El principal problema que enfrentan las personas de esta nación es que se han acostumbrado a que inocentes mueran todos los días. Esto se tiene que terminar, de una vez y para siempre.

Candela ya no podrá jugar con sus amigos, ya no podrá aprender y ya no podrá formarse como persona. Esto es lo único que importa, pues hoy fue ella y mañana puede ser otro/a. Si no hay cambios, habrá que seguir lamentando víctimas que no tienen nada que ver.

¡¡¡Justicia por Candela!!!    


Copyright © 2009 - LMC – Texto: Nicolás Souto - Caseros, 01 de Septiembre del 2011

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